jueves, 7 de febrero de 2013

Matemático matar psicosomático.

Un gitano que destiñe,
Dos pies que pisan veneno,

Tres y cuarto es la hora en punto y Cuatro matas de Romero.

Cinco horas para el alba,
Séis o Siete Octogenarios,

Nueve naves de cañones de calibres incendiarios

que Diezman brOnce y balandras
Doce y Trece salamandras.

Queman drágoras de luto,

y con Catorce tenedores
y Quince árboles brutales,

siembran Dieciséis bancales del terror mas absoluto.

siete y diez son Diecisiete
y qué me dieces siete Diego

Dieciocho u Diecinueve si ni yo a atinarme llego.

Veintiluego y digo Veinte

que casi me deja ciego el matemático accidente...

Verberechos.

Bajo la constante mirada de consternación de un visionario,
marco estrepitosamente el número de la locura.
Y tengo llamando a mi puerta a trescientos veteranos
que almacenan desventaja y predominio en desmesura...

Y se llama muerte...

De la piadosa muerte al sur del cánido encender de salvedades,
Nace acorde y sinfonioso este aragamaso de corteles y denviandos.
Senemasco de un trocal de envardos seres
que se truecan menesteres y algabardan,
resecuelan en tergastros de porfía.

Palabra inverbe, insomne, alterne,
calumnioso impar desgarbo.
De un alma incierta en donde guardo
del trocal de un horizonte,
esperanzas de un espasmo
donde siempre entran roedores,
donde habita el telerasmo...

Datos personales