Praderas, leopardos, astillas
Ardieron en recónditas cosquillas...
Sin tratos a oscuras torcieron
sudor de quinientos marineros...
Seducen ahora elegantes
horadados en memorias de elefante...
Y qué sabrán de alcohólicos bastones,
de camas, cojines, colchones...
Nunca extrañes las que piensas, las que hablas,
pues son talentos importantes las palabras...
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