Cavidades ingrávidas
ceden
exangües del humo
que flota en el aire
en consumo
de bocas de sierpes
de una roca inerte de vértebra y grumo
de aire que asola y me abrumo
y me estorba y me escuece
y de anhelos merece costar cien dineros
de perros con sarna
que a sorna se ensañan
tan graves
sintiéndose aves
de cien paraísos
que buscan un piso en los sótanos
de agua estancada
de hoja caduca
de copas de espadas que dan en mi nuca.
Y detente!
Si escupes cobijo.
Si el número fijo te adorna estandartes.
Si ves escondrijo en escuelas de artes
que aprenden
de cómo el cariño del suelo
de un niño con toga
que a si mismo ahoga hasta ver desangrar
volar, nariz, volar...
Y ver hasta dónde nos llega
la brisa que pega en cristales de esparto.
Si ves desgarrarse a la cama en tu cuarto.
Si cien largas sábanas sirven el parto
de un celo, que siente tu anhelo
y se ahoga en tus partes soñando vivir...
Soñad, vivid,
no sueñes!
Descarga desgreñes y salte a dormir...
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