viernes, 12 de octubre de 2012

Resaca...


Y el hombre que anduvo detrás, observaba calmado. 
Como exhalaba sus últimos resquicios vitales. 
Y allí se quedó... 

Disolviéndose en el angosto desfiladero.

Enmudeciendo al viento y rechazando el eco sordo de las vociferantes gotas de lluvia. 

Rebotando contra las olas...


Como cadáveres anclados por las olas
entre arenas de recalmo en horas muertas...

De cornisas a estandartes van reptando
lodazales de hambre seca sin repisas
donde establecer la holgura de otros tantos,
los resortes de tu enfermo malestar.

Calla, grita y chilla!
cual cadáver ya varado allá en la orilla...


Suelta, engorda, acierta ya, restalla!
cual cadáver ya varado allá en la playa...
 

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