Palpita el corazón gentil de una anciana...
Sudan sus manos, su alma se agrieta...
Agota el tiempo que de esperar se cansa
a que sus ojos grises mirando partan
a comprensiones mas profundas
de otras vidas inmundas
que sin pensar aprietan
que sin pensar discrepan...
Que sin latir, quebrantan...
Y salgo al sol a amanecer mi mente que aun dormida se aletarga...
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