miércoles, 13 de abril de 2011

Hojarasca... Las últimas orquídeas de la primavera...


Pseudoseres somnolientos vagando mecanizados a la deriva de un tempestuoso cosmos que aletarga una visión mas clara de algo que pueda ser llamado sol, luz, realidad... Bastardas concepciones tiranizadas por un error congénito... Saltando estadios de tiempo mas o menos regulares que confunden lo palpable con lo abstracto... Ser, sentir... Análogos conceptos reflejados en el mercurio de un termómetro que no sabe medir con certeza...

El cristal se quiebra, su sonido renderiza tímpanos insensibles...

Acabábamos de tenerlo claro por un instante... ¿Qué coño ha sucedido?

Se empaña el cristal, se enmaraña todo de nuevo... Humilde anhelo de saber que al menos concibo mi limitación a no llegar nunca al fondo de un conocimiento que me permita sentirme acorde con ésto... Con loq ue veo y sobre lo que me sostengo...

Siempre he de saber lo que escribo... ¿Por qué?

Hoy no sé por qué lo hago... Una frase vino a mi mente impulsada por una insulsa y oxidada premeditación que no había percibido antes...

Y ahora simplemente insisto sobre las teclas, las amartillo... mis dedos caen pesados y rápidos sobre ellas... Y parece que sé lo que quiero decir por la rapidez con la que me muevo... Como serpientes huyendo de corrientes eléctricas, pulsan, golpean, rebotan...

Ha caído una gota de ambar líquido sobre mi cabeza rapada y veo caer pelo a pelo de raíz... El tiempo se ha descontrolado, estoy sintiendolo pasar a través de mis dedos como si de viento se tratase... Un viento espeso y gris... Gris de tormenta...

Sabíamos algo acerca de todo esto cuando nos empujaron aquí afuera?

Ni siquiera sabíamos que íbamos a tener que absorber todo esto que hemos querido llamar realidad... Es más ni siquiera tendríamos consciencia de ella ni de nada, si por algún azar no hubiésemos llegado nunca a nacer...

Pero estamos aquí... Nuestros embudos auriculares recogen sonidos del exterior... Nuestros ojos se amotinan con todo lo que alcanzan a ver dentro de un cubículo minúsculo y son incapaces de dar salida a todas las posibilidades...

Extravagantes y pintorescos nos atrezzamos para dar la apariencia de comprender algo, para llamar la atención... Para ser consultados sobre algo en concreto, sobre nada en particular...

Ahora es cuando llego aquí, me siento, escribo, y no pretendo demasiado... no pretendo nada... Ni siquiera sé lo que significa todo ésto, porque lo tengo demasiado claro...

Solo me estoy negando a mi mismo el resultado de veintidós años de pensamiento fluído e ininterrumpido... Sometiendo a una criba lo que supe y lo que sabré y poniendo en tela de juicio toda base establecida...

No sé que pensar, pero si sé que sentir... Porque lo que se siente, se escuda en lo que no es posible razonar, en lo que por ende, esquiva la razón, evita el trabajo extenuante de la máquina endemoniada llamada cerebro y se limita a observar...

Y he decidido dedicarme al sentimiento... Y siento si me voy así, porque así lo siento...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Datos personales