Y quise caminar descalzo
por desiertos macroscópicos.
Supe dar muy pocos pasos
de candor caleidoscópico.
Abrí la boca y vi llover
sin llevarme bocanadas
abrí los ojos, oí mecer
sin chocar contra las ramas
de mis labios el placer
no salió como esperaba
un corazón ajeno
que creí mantener lleno
de mis bosques se marchaba
a sus prados de centeno
la ladrona de miradas
que recolectó de pleno
todo aquello que brotaba
y llovió de nuevo, y cieno...
ahora cenagal que empapa
mañana prado de nuevo
el bosque al parecer se escapa...
Me quedaré con las hojas rotas,
las no tan rotas,
las podridas y las secas
y trataré de construir algo, ¿Ya lo notas?
¡Suenan notas!
y cogeré las bridas, ramas secas
Y al relincho, mil baviecas,
braman tordas, perlas gordas
Y recordaré tus muecas,
tus lunares y tus pecas
como en pentagrama notas
del sonar de mil trompetas
que fluirán en mi memoria
que conformarán mi historia
subirán a la gran noria
y girarán brillando inquietas
y me verán andando
ya no seré lo mísmo
un hombre va soñando
sin seré y sin fuí tratando
sin quizá, sin jamás...
Sin ojalá, ni cuando...
Y ya nos iremos acordando...
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Cuando una hoja cae de un árbol, veinte nuevas aparecen (cual canas se tratasen). Al igual que cuando un fruto cae, otro arbol aparece.
ResponderEliminaraunque caiga la hoja, no te olvides de ella
ResponderEliminarSigo caminando sin prisa
ResponderEliminarRecorriendo las sendas del viento
Como la flor que ama la brisa
Como la piedra que ignora el tiempo
Le hago trampas al alma ...
¿Recuerdas que te lo di todo?
Y es que conozco la manera ...
Pero no conozco el modo.