El suelo vacío,
ecos de alpargatas,
allende unos mares bruñidos de plata,
en ajuar de desiertos,
pequeños piratas,
reparten botines, cubiertos, dedales,
viejos delantales,
agujas en paro,
que dieron pespunte a ilusiones y amparo...
Y al cruzar la puerta,
el recuerdo despierta,
no se oye ni el hola
y en su caracola
resuenan latidos...
Del sueño que ha sido
sentir que se vuela
el hogar y las cosas de hilar de la abuela,
y fue lo que importa,
Marga quedó absorta,
el objeto que corta el pasar de una vida,
el que dona el sentido a una causa perdida...
Caballo sin bridas,
galope incesante,
fruncir galopante de ceños tendidos,
al sol del talante,
barreños son nidos
del pájaro errante que sueños asola,
tijeras danzando a su son enarbolan
banderas al viento,
retales,
pimientos...
Nunca estarás sola,
pues Lola
en su asiento de nubes,
tejiendo ganchillo dejó la novela.
Y observa, sentada, muy quieta, en la tele del cielo el canal de su nieta...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario