El gobernante dio al patrón mensaje urgente
de no dejar pasar al patio gente.
Creyóse flotante sobre un mar en calma.
Mas voces de alarma pronto le alcanzaron.
Y diéronle muerte muy cerca del puente...
Cantan los juglares de aquellos lugares
historias fantásticas, particulares.
Maléficas brujas, duendes, dragones,
sirenas que puedes contar por millones.
Serpientes, leones, sabuesos y hienas,
hombres salvajes, enormes ballenas
de barbas trenzadas, joyas engarzadas.
Diamantes, rubíes,
perlas y zafiros,
cortaron cabezas de obscenas simplezas
ahora simplemente volcadas a tiros...
Rifles, metralletas, fusiles,
cuatro mil doscientas pesetas
Candil, pandereta,
sube a mi carreta...
Vámonos de aquí...
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