Linternas de espanto enarbolan tu esfinge
que es triste figura en fragor de falanges
ingrávido espejo de horas marchitas
silencio infecundo de esporas...
Verter de tres cuartos de horas
en las que descuido tus suertes
de fuerte alarido de gozo
graznidos en pozos que no beberé...
Calcula la vuelta que damos
ya pesa diez gramos el alma del cielo
que a cuenta de un vuelo se ha hecho lombriz.
Barniz de cuerpos...
Y agárralos por la melena
que esta luna llena atesora momentos...
Cemento de arcángeles rotos que cuando se asustan frecuentan hombría.
Almohada sin ser que no es mía
me arropas...
Persona que ya no me arranca
pedazos del alma
por cada mirar
me sopla de un paso en distancia
y es cierta fragancia que me hace llorar
Tristes madrugadas sin dar
de darnos las manos a tiempo, espero el momento
y volverte a besar...
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