hasta la mas metálica de las flores
yo guardo semillas en un pastillero
negando la magia de los soñadores
que viven, que cantan y logran cosquillas
que silvan y bailan, desollinadores
tiznar de cerillas, semblantes empañan
yo aguanto, mis tripas trinchan tenedores
del alba lucero
de betas de acero
de gamas de estáticos zoos de colores...
Mi número en botas de agua,
mi charco de lluvia de ojos
de sombra y enojos
latir de rastrojos...
Que cuando no encuentro salida
ni causa perdida
ni asir
ni cerrojo,
entorno la puerta del mundo
de un coma rotundo
de un punto final repartido en bemoles
de un gato mortal que rebaña estertores
de saña, cobijo, al teléfono fijo
del alma que embarga
los mares de amores...
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