miércoles, 23 de noviembre de 2011

De claro, cómo y qué, cuando quiero recostarme... (Estorbos coffee)...

Hay gente retrasada
mentalmente llegan tarde,
sin tener resuelto nada
ya su tiempo es el que arde
al ver pasar las primaveras como meras cocteleras
que de anuncios se amontonan en grotescas escaleras.

Hay otros que no hacen nada,
que reaccionan como esperas
en los olmos buscan peras, no manzanas ni siquiera.

Hay algunos que no viven,
les chirría la maquinaria
de un pensar que desemboca en quebraderos de cerveza,
cascos viejos anegados por un brote de locura
que recubre de pintura
el poder de sus cabezas...

Hay incluso quienes piensan que comprarlo pueden todo,
que navegan en el lodo del quehacer sin consecuencias
generando dependencias de un sistema exagerado,
desalmado, sin valores, detractores de lo abstracto.

Y de este extracto no sabía, que hay personas todavía,
que atesoran en sus horas la paciencia mas ingrávida,
ensordeciendo tímpanos de sordos de lo ingenuo,
sus obras no son válidas sin la serigrafía
de los que he nombrado antes,
los valientes nopensantes,
elefantes del olvido,
huérfanos
perdidos

de la mano de las musas
a las que llaman intrusas
del trabajo y las verdades
lo importante y de provecho
aquello que les dio su techo y las medallas en el pecho
que definen lo que son, lo que han acabado siendo,
un intento de vivir rematado en un muriendo
que merienda mercancías
de artesanos cuyas manos
se forjaron con las mías
buscando el verso en universos
de galaxias de sandías...

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