miércoles, 30 de noviembre de 2011

Maldigo al descarado intento de dar mil por ciento a quien no lo merece...

Consigna el mensaje al lenguaje,
designios de ultraje,
de signos bagaje,
de luces el traje...

Al verme,
las caras,
de Velmez
se asustan,
y no me disgusta,
pues son vagas sombras
de luz que se apaga...
Su orgullo les traga
cual pozo baldío
de ciénaga, impío,
donde nadie indaga...

No sufra, princesa,
pues ya no le lloro,
y al pájaro imploro,
que allí en la mañana,
le silve con gana
este requiem que al coro,
no cantan las hadas,
pues yacen,
heladas,
melenas
varadas
atadas y henchidas
en leves heridas
que luzco en buenhora
pues siento,
que ahora y no antes,
encontré mis guantes,
y aparto el lamento,
e instauro el aguante,
cantante y danzante,
la mierda que somos,
ni duendes ni gnomos,
los contaminantes...

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