sábado, 31 de diciembre de 2011
Unas noches viejas...
Huelgas defender, bienmerecido sacramento.
Mistos de prender, depredador y muchelumbre.
Cuerdos de entender; Neuronación sin fundamento...
Calhambre...
mirando el reloj cada hora y tres cuartos.
Me siento; ¡Anda! ¡Luz! y despierto en dos saltos.
La extraña vertiente de jarra incipiente
desgarba y venera apuntando bien alto
los nombres de aquellos
que siendo plebeyos
dieron sobresaltos...
Lívido...
Crítico líquido insípido, estático.
Gráfico péndulo, rótulo estético.
Sábado indómito, épico estrépito...
sábado, 24 de diciembre de 2011
Séxamor
vi mil lumbres encendidas.
Se cerraron mis heridas,
me tragué mis dos calambres.
Debatiendo incertidumbre,
siento hambre
siendo hombre...
miércoles, 21 de diciembre de 2011
Tierra, polvo y almohadillas...
bodegones de campana
pa que el sol por la mañana
nos sorprenda con pregones...
He roto unas cuantas fotos
de cuando no estuve en Viena
y ahora siento cierta pena
por aquel recuerdo ignoto...
Lamentando que tu al aire
tires hiedras, rompas lunas,
y pensando de una en una
viento y polvo formen dunas...
Que no iré a cerrar la puerta,
la de la cigarra tuerta,
la que canta o eso intenta,
rifirrafes de tormenta.
Somnoliento me levanto
y al momento ya es de noche
y tiene a venir el sueño
cuando el sol se desabroche
los botones del planeta
y las montañas fueron tetas
que de cráteres ombligo
se hizo amigo de lombrices
que volvieronse unas piernas.
Ramas tiernas o raíces
cuando menos cicatrices
sus andares de alma interna...
lunes, 19 de diciembre de 2011
El desván de la finestra...
charcos, casas, esperpentos.
Rebanar sesos por cientos,
tantos tientos entretanto.
Obra gris del desencanto,
amaranto, desconcierto,
sobredosis de cemento,
cascahuesos, escoliosis...
Sin parálisis, concéntrico,
geriátrico y martírico,
que sale en el periódico,
de un crimen supersónico,
mecánico, bulímico,
ese ruido que ensordece,
al sinsentido que estremece
y de entre meses coge agosto,
cae agusto y se destira,
le arranca la miel a tiras al panal desaliñado,
que por soles las avispas han dejado abandonado,
que sangra de pié el costado
de una puerta sin cerrajas
ni cerrojos que de reojo
escudriñan entre cajas
llenas de horas muertas luego,
que se inventan algún juego
en el que pierde el mas atento,
se usa de tablero el viento
y tal que fichas flotan notas,
cuerdas rotas de vocales,
sordas tuercas de motores
que de flores los locales llenan tocando tambores.
Y espero que te enamores,
de este llanto en desconsuelo,
cuando rueden por el suelo,
instrumentos de estertores,
siseando por el pelo
de trescientos tres roedores...
jueves, 15 de diciembre de 2011
Hablemos de Mi, en Re menor...
Buenas noches.
Mi nombre es Daniel, y hace ya veintitrés años que vengo haciendo esto de vivir... Una idea poco original, lo sé, todo el mundo lo hace. Lo complicado viene cuando empiezas a preguntarte cosas... Muchas te las responden. Otras tantas caen tarde o temprano por su propio peso. Las que verdaderamente me fascinan son esas que te sorprenden sin avisar.
Un buen día, cae en tus manos un lápiz. Sí... Creo que ese fue el detonante... Aquel lápiz primigenio lo cambió todo...
Empecé como todos, "arruinando" superficies con conceptos e ideas sin importar demasiado el por qué, o el cómo. Supongo que simplemente me divertía... Lo mío siempre fue, y supongo que será la pintura. Pero voy a intentar evitar irme por las ramas... El caso es que pasé mi infancia experimentando con todo tipo de papeles, cartulinas, rotuladores, temperas, acuarelas y demás parafernalia que el colegio llamaba educación plástica y visual.
Resulta extraño admitir que en aquel entonces, y tristemente creo que siempre fue así, uno se sentía un poco fuera de lugar cuando lo primero que se le venía a la cabeza si le preguntaban por su asignatura favorita era eso, plástica y visual. Supuestamente esa asignatura, junto con música y gimnasia, estaban en la carta de las que se aprobaban de regalo con la matrícula en el colegio... Vamos que cuando todos tenían clara su carrera en la medicina, la legislación, las matemáticas o la física, yo seguía en mis trece, siempre quise ser ilustrador, a pesar de aquella odiosa coletilla que nadie podía evitar mencionar al final de la conversación; -Pero si eso no tiene salidas...-
Bueno, sí, las demás asignaturas no estaban mal, siempre me llamó la atención la filosofía, me resultaban curiosas las matemáticas "aunque no tuviera pantalones de comprenderlas", al fin y al cabo eran útiles para muchas cosas que poco tenían que ver con ellas... "Al menos no directamente"... Y gracias al cielo...
El caso es que todo siguió su curso hasta que creo que en primero de ESO tuve mi primer contacto con una fea cámara compacta que mis padres se encontraron en un hotel unas vacaciones. Mi padre se mosqueaba cuando gastaba un carrete y al revelarlo, en lugar de las fotos de las vacaciones familiares se encontraba espacios vacíos, paisajes, cielos, y gente que no conocíamos de nada... Pero yo las guardaba con cariño... Seguí mis experimentos con una vieja cámara de vídeo, stop motion con playmobils, una genial idea de mi padre, contento de no tener que gastar mas dinero en carretes...
Y llegó el momento de decidir, tras varios intentos de hacer lo que parecía mas "correcto" a los ojos de la familia y el entorno en que me crié; Un caótico primero de bachillerato de ciencias Sociales, y un extraño chanchuyo con los profesores para que mi bachiller se convirtiese en un híbrido, pasé a segundo de Humanidades con las matemáticas y la Economía suspensas, convertidas en unas, ya no se si mejores, latín y griego, también pendientes de recuperación...
Aquel verano fue una auténtica Odisea...
No me dio tiempo ni a pestañear siquiera, y ya me encontraba con dieciocho años, en la puerta del colegio... En una mano, mi merecido título de bachillerato y una buena nota en selectividad. En la otra, una difícil decisión...
Siempre pensé que todo lo que nos sucede, mejor o peor, malo o bueno, tiene una causa y no es puro azar, y todo, absolutamente todo, pasa a desfilar por nuestro currículum mas vitae. El de la experiencia...
Aquel año se presentó desastroso y un terremoto de emociones y situaciones familiares asoló una vida hasta el momento bien estructurada y estable... Entre unas cosas y otras pude disfrutar de un año sabático en el que casualmente recibí una cámara compacta. Una canon IXUS60. Ese artefacto se convirtió en una especie de foto diario. Ya no tenía que preocuparme por los carretes...
Finalmente me motivé a explorar el universo del diseño gráfico. Esos años en la escuela descubrí que realmente lo que debí hacer en un principio era fotografíar...
Las ansias fueron tales en ese momento que comencé a llevarla por mi cuenta paralelamente al curso, al igual que había hecho siempre con la pintura. Empecé a explorar, a tomar fotos de todo lo que se me ocurría, observar, probar colores, tratamientos, luces, sombras, idear planos y situaciones arriesgadas... Y de repente me topé con uno de los temas principales que abarcan lo que hoy empiezo a entrever como marca significativa en un estilo propio que comienza a tomar forma ante mis ojos... Los lugares abandonados...
Una cosa llevó a la otra y cuando quise darme cuenta, me había convertido en un adicto a esos lugares. Cuando descubría uno nuevo estudiaba la manera de entrar sin ser visto, llevarme las imágenes y las experiencias que pudieran aguardarme allí, y llegar a casa para saborearlas... En un principio se trataba de descubrir, admirar, tratar de descifrar las huellas del pasado, del tiempo, las grietas de la humedad, las señales de actividad reciente, era emocionante, fascinante, aterrador y peligroso a veces... Pero la adicción quiso volver a evolucionar, y ya no me conformaba con observar e interpretar aquello
que me encontraba, ahora quería contar una historia, crearla utilizando toda aquella carga de mensajes subliminales, de desgaste, de decadencia, de resurgimiento, de naturaleza, tanto muerta como viva...
Pero el rizo quiso rizarse aun mas... Se juntaron varias cosas. Comencé a interesarme por la música, aprendí y comencé a tocar la batería y la armónica, y todo ese cauce junto con la evolución conjunta de unos textos que comenzaron en un triste fotolog, convirtiéndose en pequeños relatos, y cayendo en la marmita de la poesía casi por accidente... De pronto recordé a Dalí, mi manera de dibujar cambió, me dediqué de lleno a una sola técnica, y tanto mi pintura como lo que estaba escribiendo se tornaron inevitablemente surrealistas... Oh, vaya, sin darme cuenta he llegado al dia de hoy...
Actualmente intento llevar todos los proyectos e ideas que van surgiendo a la práctica con esfuerzo y dedicación y aprovechando todo el tiempo que tengo, mientras lo tenga.
Llevo un blog que se centra en algunas investigaciones, reflexiones, enlaces curiosos, citas, pero sobretodo en los experimentos y ensayos de poesía que voy reuniendo en diversos trozos de papel y en libretas varias...
Pero realmente, la obsesión que me genera la fotografía lo engloba todo. Los poemas se convierten en descripciones de fotografías o pinturas que no puedo realizar, ya sea por falta de técnica o de medios...
Unas cosas alimentan a otras... Los poemas sacian la sed de imágenes evocando a las mismas, los dibujos tratan cada vez mas de parecerse a las fotos, creando formas imposibles en la realidad, y las fotos,
parece que quieran ser pinturas... La música, simplemente es música... Realmente es lo mas desestresante cuando me saturan las imágenes...
domingo, 11 de diciembre de 2011
El rey de la baraja huérfana...
Corazones a la reina...
Naufragio de barcazas, a la caza de un bar...
Desde Seo hasta si vieras lo que veo...
Candelabro ideomotor...
Enciérralo en encéfalos...
El oso;
Yoquesés y nosecuantos...
Proverbio abreviado.
El fogón de doña estrépito...
sábado, 10 de diciembre de 2011
Sufría Sofía en su fría utopía...
viernes, 9 de diciembre de 2011
Yo no me enfado...
Escándalo encéfalo...
Triatlón de ocho triángulos...
Armadura de ortigas...
miércoles, 7 de diciembre de 2011
La casa salitre...
viernes, 2 de diciembre de 2011
Ejercicio 1
Zanco,
Ronco,
Tronco,
Afronto,
Intento,
Viento,
Lento,
Manto,
Siento,
Asiento,