domingo, 11 de diciembre de 2011

Candelabro ideomotor...

Gaviotas, idiotas;
Penínsulas ignotas.
Diamantes, brillantes,
lentejuelas renqueantes.
Bálsamo y bromuro,
parpadeando en oro puro.
Melancólico vagaje
disfrutando del paisaje.
Aguantando el oleaje
de botellas sin mensaje,
de licores, parlamento,
que me observan cuando miento,
que elegí tornar cimiento
y pespuntar cualquier momento
como si fuera uno solo
y no parte de otros tantos.
Que barajan mil quebrantos,
cuando al fin me descontrolo,
me sosiego, me amedrento,
nunca me siento contento.

¡Espanto!

¡Pegamento!

¡Uña, carne, llanto!...

Tampoco será para tanto...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Datos personales