Buenas noches.
Mi nombre es Daniel, y hace ya veintitrés años que vengo haciendo esto de vivir... Una idea poco original, lo sé, todo el mundo lo hace. Lo complicado viene cuando empiezas a preguntarte cosas... Muchas te las responden. Otras tantas caen tarde o temprano por su propio peso. Las que verdaderamente me fascinan son esas que te sorprenden sin avisar.
Un buen día, cae en tus manos un lápiz. Sí... Creo que ese fue el detonante... Aquel lápiz primigenio lo cambió todo...
Empecé como todos, "arruinando" superficies con conceptos e ideas sin importar demasiado el por qué, o el cómo. Supongo que simplemente me divertía... Lo mío siempre fue, y supongo que será la pintura. Pero voy a intentar evitar irme por las ramas... El caso es que pasé mi infancia experimentando con todo tipo de papeles, cartulinas, rotuladores, temperas, acuarelas y demás parafernalia que el colegio llamaba educación plástica y visual.
Resulta extraño admitir que en aquel entonces, y tristemente creo que siempre fue así, uno se sentía un poco fuera de lugar cuando lo primero que se le venía a la cabeza si le preguntaban por su asignatura favorita era eso, plástica y visual. Supuestamente esa asignatura, junto con música y gimnasia, estaban en la carta de las que se aprobaban de regalo con la matrícula en el colegio... Vamos que cuando todos tenían clara su carrera en la medicina, la legislación, las matemáticas o la física, yo seguía en mis trece, siempre quise ser ilustrador, a pesar de aquella odiosa coletilla que nadie podía evitar mencionar al final de la conversación; -Pero si eso no tiene salidas...-
Bueno, sí, las demás asignaturas no estaban mal, siempre me llamó la atención la filosofía, me resultaban curiosas las matemáticas "aunque no tuviera pantalones de comprenderlas", al fin y al cabo eran útiles para muchas cosas que poco tenían que ver con ellas... "Al menos no directamente"... Y gracias al cielo...
El caso es que todo siguió su curso hasta que creo que en primero de ESO tuve mi primer contacto con una fea cámara compacta que mis padres se encontraron en un hotel unas vacaciones. Mi padre se mosqueaba cuando gastaba un carrete y al revelarlo, en lugar de las fotos de las vacaciones familiares se encontraba espacios vacíos, paisajes, cielos, y gente que no conocíamos de nada... Pero yo las guardaba con cariño... Seguí mis experimentos con una vieja cámara de vídeo, stop motion con playmobils, una genial idea de mi padre, contento de no tener que gastar mas dinero en carretes...
Y llegó el momento de decidir, tras varios intentos de hacer lo que parecía mas "correcto" a los ojos de la familia y el entorno en que me crié; Un caótico primero de bachillerato de ciencias Sociales, y un extraño chanchuyo con los profesores para que mi bachiller se convirtiese en un híbrido, pasé a segundo de Humanidades con las matemáticas y la Economía suspensas, convertidas en unas, ya no se si mejores, latín y griego, también pendientes de recuperación...
Aquel verano fue una auténtica Odisea...
No me dio tiempo ni a pestañear siquiera, y ya me encontraba con dieciocho años, en la puerta del colegio... En una mano, mi merecido título de bachillerato y una buena nota en selectividad. En la otra, una difícil decisión...
Siempre pensé que todo lo que nos sucede, mejor o peor, malo o bueno, tiene una causa y no es puro azar, y todo, absolutamente todo, pasa a desfilar por nuestro currículum mas vitae. El de la experiencia...
Aquel año se presentó desastroso y un terremoto de emociones y situaciones familiares asoló una vida hasta el momento bien estructurada y estable... Entre unas cosas y otras pude disfrutar de un año sabático en el que casualmente recibí una cámara compacta. Una canon IXUS60. Ese artefacto se convirtió en una especie de foto diario. Ya no tenía que preocuparme por los carretes...
Finalmente me motivé a explorar el universo del diseño gráfico. Esos años en la escuela descubrí que realmente lo que debí hacer en un principio era fotografíar...
Las ansias fueron tales en ese momento que comencé a llevarla por mi cuenta paralelamente al curso, al igual que había hecho siempre con la pintura. Empecé a explorar, a tomar fotos de todo lo que se me ocurría, observar, probar colores, tratamientos, luces, sombras, idear planos y situaciones arriesgadas... Y de repente me topé con uno de los temas principales que abarcan lo que hoy empiezo a entrever como marca significativa en un estilo propio que comienza a tomar forma ante mis ojos... Los lugares abandonados...
Una cosa llevó a la otra y cuando quise darme cuenta, me había convertido en un adicto a esos lugares. Cuando descubría uno nuevo estudiaba la manera de entrar sin ser visto, llevarme las imágenes y las experiencias que pudieran aguardarme allí, y llegar a casa para saborearlas... En un principio se trataba de descubrir, admirar, tratar de descifrar las huellas del pasado, del tiempo, las grietas de la humedad, las señales de actividad reciente, era emocionante, fascinante, aterrador y peligroso a veces... Pero la adicción quiso volver a evolucionar, y ya no me conformaba con observar e interpretar aquello
que me encontraba, ahora quería contar una historia, crearla utilizando toda aquella carga de mensajes subliminales, de desgaste, de decadencia, de resurgimiento, de naturaleza, tanto muerta como viva...
Pero el rizo quiso rizarse aun mas... Se juntaron varias cosas. Comencé a interesarme por la música, aprendí y comencé a tocar la batería y la armónica, y todo ese cauce junto con la evolución conjunta de unos textos que comenzaron en un triste fotolog, convirtiéndose en pequeños relatos, y cayendo en la marmita de la poesía casi por accidente... De pronto recordé a Dalí, mi manera de dibujar cambió, me dediqué de lleno a una sola técnica, y tanto mi pintura como lo que estaba escribiendo se tornaron inevitablemente surrealistas... Oh, vaya, sin darme cuenta he llegado al dia de hoy...
Actualmente intento llevar todos los proyectos e ideas que van surgiendo a la práctica con esfuerzo y dedicación y aprovechando todo el tiempo que tengo, mientras lo tenga.
Llevo un blog que se centra en algunas investigaciones, reflexiones, enlaces curiosos, citas, pero sobretodo en los experimentos y ensayos de poesía que voy reuniendo en diversos trozos de papel y en libretas varias...
Pero realmente, la obsesión que me genera la fotografía lo engloba todo. Los poemas se convierten en descripciones de fotografías o pinturas que no puedo realizar, ya sea por falta de técnica o de medios...
Unas cosas alimentan a otras... Los poemas sacian la sed de imágenes evocando a las mismas, los dibujos tratan cada vez mas de parecerse a las fotos, creando formas imposibles en la realidad, y las fotos,
parece que quieran ser pinturas... La música, simplemente es música... Realmente es lo mas desestresante cuando me saturan las imágenes...
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